Esta cerveza belga es una de las más históricas y tiene algo que la hace especial, más allá de la propia cerveza, y esto es la historia que acompaña a esta cerveza desde el año 1791.
El creador de esta cerveza, Pauwel Kwak, era dueño de una posada donde paraban los carruajes. Los cocheros de los mismos tenían prohibido bajar a beber cerveza, por lo que ideó un sistema para que pudiera llevar la cerveza colgada. Este "aparato" era un vaso con forma de probeta que iba cogido a un soporte de madera, el cual los cocheros cogían a los carruajes. Hoy en día, todavía es una tradición servir la cerveza kwak en su vaso original, aunque ya no hace falta ir en carruaje para ello.
La cerveza Kwak es una cerveza ligeramente tostada pero de un color rojizo, donde la abundante espuma cremosa va dejando marcas en el vaso original. Aromas a fruta madura, caramelo, pan tostado. El alcohol esta presente, con predominio del dulzor que aumenta según toma temperatura.